En diciembre de 2007 y 2008, la Asamblea General de la ONU aprobó respectivamente las resoluciones 62/149 y 63/168, en las que se pedía una moratoria del uso de la pena de muerte. Desde entonces, otros organismos regionales o coaliciones de la sociedad civil han aprobado resoluciones y declaraciones en las que piden la suspensión de las ejecuciones como un paso hacia la abolición de la pena de muerte en todo el mundo.
Estas resoluciones no son legalmente vinculantes para los gobiernos, pero constituyen importantes logros para el movimiento abolicionista y suponen un avance incesante hacia la completa desaparición de la pena de muerte en el derecho internacional.
Las cifras dicen que Estados Unidos es junto a Arabia Saudí, China, Irán y Yemen uno de los países que más personas somete a la máxima pena cada año (en el mundo se ejecutaron legalmente el año pasado 527 personas, según Amnistía Internacional, aunque los datos sobre china son esquivos y podrían superar a los miles).
En 1976 la Corte Suprema Estadounidense decretó la reanudación de la pena capital. luego de un periodo de cuatro años en la cual fue considerada inconstitucional. Desde ese año, las cortes estatales de justicia condenaron a muerte a mil 347 personas.
En 18 estados de este país no existe la pena de muerte, en otros 29 no se han practicado en los últimos cinco años y 10 la aplican activamente.
En este país existen mil 427 casos pendientes de aplicarse la sentencia de muerte, de los cuales sólo en sólo en Florida hay 403.
En 2013, el estado de Texas aplicó la pena capital a 16 personas. Ocho de ellos eran afrodescendientes, tres latinos y cinco de raza blanca.
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