INDULTO es una causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el perdón de la pena. Es una situación diferente a la AMNISTÍA que conlleva el perdón del delito. En consecuencia, el profesor indígena tzotzil Alberto Patishtan sigue siendo culpable del delito que se le acusa, aun cuando el presidente Enrique Peña Nieto le haya perdonado el cumplimiento de la pena.
Hay datos históricos del INDULTO en México: El generalísimo Morelos en su lucha por la Independencia férreamente al ejército realista encabezado por Calleja, quien creyéndolo débil le ofreció el indulto a él y a su ejército si a cambio se rendía y reconocía al gobierno español. Morelos contestó: “Nosotros hemos jurado sacrificar nuestras vidas y haciendas en defensa de nuestra… patria. Ya no hay España, porque el francés se ha apoderado de ella. Ya no hay Fernando VII porque él quiso ir a su casa de Borbón en Francia y entonces no estamos obligados a reconocerlo como rey, o lo llevaron a la fuerza, y entonces ya no existe. Y aunque estuviera, a un reino conquistado le es lícito reconquistarse y a un reino obediente le es lícito no reconocer a su rey, cuando es gravoso en sus leyes que resultan insoportables, como las que de día en día nos iban cargando a este reino los malditos gachupines. Os diré por último que nuestras armas están pujantes y la América se ha de poner libre, queráis o no queráis vosotros”.
Ante la tenaz resistencia insurgente y el fracaso de todos los intentos por derrotarla, Calleja determinó después de consultar con el virrey hacer circular el bando de indulto en cuyo reverso Morelos anotó: “Otorgo igual gracia a Calleja y los suyos”. A pesar de que la oferta fue rechazada, Venegas emitió una proclama el 11 de mayo de 1812 ofreciendo el perdón a los insurgentes y una recompensa a quien entregara a Morelos. Durante la gesta independista mexicana el virrey Apodaca tuvo mucho éxito la vía del indulto, porque muchos de los principales jefes se acogieron a esa gracia. Poco después se ofreció una amnistía más amplia dirigida a rebeldes que estuvieran ocultos o sometidos a proceso. Entre los principales jefes que se indultaron estaban Andrés Quintana Roo y Carlos María Bustamante.
Durante el sexenio de Vicente Fox se dieron casos importantes y accidentados de indultos, otorgados a miembros del EZLN, a luchadores sociales de Michoacán y a militares. Fue notable el indulto al doctor Aurelio Guzmán y al pescador Leoncio Asencio, quienes cumplían penas de veinte años de prisión por el delito de privación ilegal de la libertad en contra de funcionarios de la PROFECA que pretendían imponer una veda a la captura de especies en el lago de Pátzcuaro, Michoacán. La comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos consideró que la decisión de Fox semejaba más una estrategia publicitaria que un acto de justicia. También concedió el indulto al sargento segundo de infantería, Ángel Velázquez Pérez y al subteniente Herón Valera Flores, el primero condenado a la pena capital por el Tribunal Militar por insubordinación y haber asesinado a un superior. Eva Flores, madre del soldado Velázquez Pérez, le envió una carta a Fox en la que decía que no aceptaba el perdón porque de hacerlo, tendría que aceptar su culpabilidad de un delito que cometió en defensa propia.
Felipe Calderón, el “impredecible” también concedió indultos: El primero fue en diciembre de 2007, para Michael Huesca Arias, acusado de robo calificado por un juez de la ciudad de México. Entrañablemente, ni la secretaría de Gobernación ni la Presidencia de la República dieron mayores detalles sobre el caso. El 12 de septiembre de 2011, Antonio Ortega Gallardo, sentenciado a 11 años de cárcel por violar a dos menores, fue el segundo en recibir el perdón presidencial.
Enrique Peña Nieto: En marzo de 2012, Othón Cortés Vázquez, acusado de ser cómplice de Mario Aburto Martínez y el autor del segundo disparo que segó la vida del ex candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, solo permaneció un año en la cárcel porque fue absuelto y liberado. A la postre recibió el perdón presidencial en el pago de una multa de 18 millones de pesos que le impusieron las autoridades federales.
Alberto Patishtan ingresó el 19 de junio al penal de Tuxtla Gutiérrez acusado de haber emboscado a una patrulla de nueve personas de las que fallecieron siete, en el paraje Lagunas de las Limas del municipio de Simojovel, Chiapas. Tres años después se le internó en el centro de máxima seguridad El Amate. Fue sentenciado a 60 años de cárcel. Su abogado llevó el caso hasta el Poder Judicial, pero la SCJN rechazó atraerlo. El presidente Peña le da el indulto al entrar en vigor las reformas al Código Penal Federal, tras reconocer que fue irregular la integración de la averiguación previa y luego el proceso, porque no se tomaron en cuenta y valoraron pruebas de descargo que demostraron que el profesor se encontraba en otro lugar distinto al momento de suceder los hechos que se le imputaron. Sin embargo, la SEGOB reconoce que hubieron de por medio presiones de organizaciones internacionales de derechos humanos para que se llegara a la determinación de indultarlo. Ricardo Sepúlveda, director de Políticas Públicas de Derechos Humanos de la dependencia aceptar que existen muchos casos de indígenas que se encuentran en prisión o que han sido sometidos a procesos judiciales que no han sido atendidos conforme a los principios de “garantías básicas”.
FUENTE: La verdad del sureste. (periódico)
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